En esta afirmación, Jesús aclara su misión y relación con la Ley judía y los Profetas. Asegura a sus seguidores que no está rechazando los textos fundamentales del judaísmo, sino que los está llevando a su cumplimiento previsto. La Ley y los Profetas representan el núcleo de la enseñanza judía, abarcando los mandamientos y los mensajes de los profetas. Al cumplirlos, Jesús está afirmando su importancia y mostrando cómo apuntan hacia Él. Este cumplimiento no se trata de una estricta adherencia a reglas, sino de encarnar las verdades espirituales más profundas que transmiten.
El papel de Jesús es revelar el pleno significado y propósito de estas enseñanzas, demostrando cómo conducen a una comprensión más profunda de la voluntad de Dios. Su vida, muerte y resurrección son vistas como la realización definitiva de las profecías y promesas encontradas en el Antiguo Testamento. Para los cristianos, esto subraya la unidad de la Biblia y la continuidad del plan de Dios para la humanidad. Invita a los creyentes a apreciar la riqueza de las escrituras y a ver a Jesús como la clave para entender toda la narrativa bíblica.