El capítulo 9 de Mateo presenta una serie de eventos que subrayan la autoridad de Jesús para perdonar pecados y su llamado a los pecadores. Al sanar a un paralítico, Jesús primero le dice: "Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados". Este acto provoca la incredulidad de los escribas, quienes cuestionan su autoridad. Jesús, al ver su duda, demuestra su poder al sanar al paralítico, levantándolo y enviándolo a casa. Luego, Jesús llama a Mateo, un recaudador de impuestos, para que lo siga, mostrando que su misión es alcanzar a los marginados y pecadores. Este capítulo también aborda la cuestión del ayuno, donde Jesús enseña que su presencia trae alegría y celebración. A través de estos relatos, Mateo enfatiza la naturaleza inclusiva del ministerio de Jesús y su poder para transformar vidas.
Mateo capítulo 9
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