El viaje de los israelitas continúa con victorias y quejas. En este capítulo, después de derrotar a los cananeos, el pueblo se queja nuevamente de la falta de comida y agua, lamentándose por su situación en el desierto. Como respuesta a su ingratitud, Dios envía serpientes venenosas que muerden a muchos israelitas, causando gran angustia. Sin embargo, Dios también proporciona un medio de salvación: Moisés debe hacer una serpiente de bronce y levantarla en un asta, prometiendo que aquellos que miren a ella serán sanados. Este capítulo ilustra la relación entre la desobediencia y el juicio, así como la misericordia de Dios al ofrecer una solución. La serpiente de bronce se convierte en un símbolo de fe y redención, anticipando el futuro sacrificio de Cristo. Este relato desafía a los creyentes a reflexionar sobre la importancia de la gratitud y la fe en medio de las pruebas.
Números capítulo 21
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