En su carta a Filemón, Pablo habla de Onésimo, un esclavo que antes era considerado de poca utilidad para su amo. Sin embargo, tras encontrarse con Pablo y convertirse al cristianismo, Onésimo experimenta una transformación profunda. Pablo destaca que Onésimo, quien antes era visto como inútil, ahora es útil tanto para Filemón como para él mismo. Este cambio resalta el tema de la redención y el poder transformador de la fe. La historia de Onésimo es un testimonio de cómo las personas pueden cambiar y encontrar un nuevo propósito a través de su fe en Cristo.
El mensaje de Pablo subraya la idea de que nadie está fuera del alcance de la redención. La transformación de Onésimo, de inútil a útil, sirve como una metáfora del renacer espiritual que puede ocurrir cuando uno abraza las enseñanzas de Jesús. También refleja el principio cristiano de ver valor y potencial en cada persona, sin importar su pasado. Este pasaje anima a los creyentes a mirar más allá de los errores pasados y a reconocer el potencial de crecimiento y cambio positivo en ellos mismos y en los demás.