En este pasaje, Pablo concluye su carta reconociendo a varios de sus cercanos compañeros que han sido fundamentales en su ministerio. Marcos, Aristarco, Demas y Lucas son mencionados como colaboradores, lo que indica sus roles activos en el apoyo a la misión de Pablo de difundir el Evangelio. Esto resalta el tema de la comunión y la colaboración dentro de la comunidad cristiana primitiva. Cada uno de estos individuos desempeñó un papel único en el ministerio, contribuyendo con sus dones y talentos para avanzar el mensaje de Cristo.
Marcos, también conocido como Juan Marcos, es tradicionalmente considerado el autor del Evangelio de Marcos. Aristarco, un macedonio de Tesalónica, es mencionado en los Hechos como un fiel compañero de Pablo. Demas, aunque más tarde se le menciona de manera negativa en otra carta, aquí es reconocido por sus actuales contribuciones. Lucas, el querido médico, también es acreditado por escribir el Evangelio de Lucas y los Hechos de los Apóstoles. Este pasaje sirve como un testimonio del poder del trabajo en equipo y la importancia de apoyarse mutuamente en el camino de la fe. Recuerda a los creyentes que la obra del Evangelio no es un esfuerzo solitario, sino una misión colectiva que prospera gracias a las contribuciones de muchos.