Pablo y Timoteo se presentan como siervos de Jesucristo, estableciendo un tono de humildad y dedicación. Al dirigirse a todos los santos en Filipos, enfatizan la naturaleza comunitaria de la fe cristiana, donde cada creyente, sin importar su rol, es considerado parte de la comunidad sagrada. La inclusión de obispos y diáconos indica la estructura organizativa de la iglesia primitiva, destacando la importancia del liderazgo en la guía y el cuidado de la comunidad de fe. Este saludo sirve como un recordatorio de que todos los cristianos están llamados a vivir vidas dedicadas a Cristo, marcadas por el servicio y la santidad. El uso del término 'siervos' sugiere una vida de devoción y desinterés, animando a los creyentes a apoyarse mutuamente en su camino espiritual. Esta introducción establece el escenario para los temas de unidad, alegría y perseverancia que Pablo explorará a lo largo de la carta.
La carta a los filipenses es un bello ejemplo de cómo la fe se vive en comunidad, y cómo cada miembro, desde el más humilde hasta el líder, tiene un papel vital en el cuerpo de Cristo. La invitación a vivir como santos y siervos es un llamado a reflejar el amor y la gracia de Dios en nuestras vidas diarias.