El corazón que trama el mal está lleno de engaño y falsedad, causando daño no solo a los demás, sino también a sí mismo. Este camino lleva a la desconfianza y al sufrimiento. En contraste, aquellos que buscan la paz y la armonía encuentran alegría y satisfacción. La paz no solo beneficia a quienes la promueven, sino también a toda la comunidad, creando un ambiente de confianza y bienestar. Al elegir ser consejeros de paz, estamos contribuyendo a un mundo más justo y amoroso, donde la comprensión y la cooperación prevalecen sobre el conflicto y la discordia. Es un llamado a vivir con integridad y a ser agentes de cambio positivo en nuestras vidas y en las de los demás.
Engaño hay en el corazón de los que traman el mal, pero hay gozo para los consejeros de paz.
Proverbios 12:20
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