El Salmo 10 es un lamento profundo que aborda la injusticia y la opresión que sufren los inocentes. David comienza este salmo con una pregunta angustiosa: '¿Por qué, Señor, te mantienes lejos?'. Este clamor refleja la frustración de ver cómo los malvados prosperan mientras los justos sufren. A medida que avanza, David describe las características del malvado, quien actúa con arrogancia y desprecio hacia Dios y los demás. La súplica de David se convierte en un llamado a la intervención divina, pidiendo que Dios se levante y haga justicia. Este salmo es un recordatorio de que, aunque la injusticia puede parecer prevalecer, Dios está atento a las súplicas de los oprimidos. La confianza en que Dios escuchará y actuará es un tema central, y el salmo culmina en una afirmación de fe en la justicia divina. Este salmo invita a los creyentes a clamar a Dios en tiempos de angustia, recordando que Él es un defensor de los que sufren y que Su justicia eventualmente triunfará.
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