El Salmo 100 es un alegre himno de alabanza que invita a todos a adorar a Dios con alegría y gratitud. Comienza con un exhorto a hacer ruido de júbilo y a servir al Señor con alegría, destacando la importancia de la adoración en comunidad. A lo largo del salmo, se enfatiza que Dios es bueno y Su misericordia es eterna, lo que proporciona un fundamento sólido para la alabanza. La imagen de entrar en Sus puertas con acción de gracias y en Sus atrios con alabanza resalta la cercanía y la relación que los creyentes pueden tener con Dios. Sin embargo, el salmo también incluye una advertencia sobre la desobediencia, recordando la rebelión del pueblo en el desierto. La súplica es clara: hoy, si oyen Su voz, no endurezcan su corazón. Este salmo culmina en un llamado a la obediencia y a la adoración sincera. Este salmo invita a los creyentes a reconocer la grandeza de Dios y a acercarse a Él con corazones humildes y agradecidos.
Salmos capítulo 100
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