Una relación profunda con Dios se caracteriza por la confianza mutua y la reverencia. Aquellos que temen al Señor, en el sentido bíblico, no sienten terror, sino que tienen un profundo respeto y asombro hacia Él. Esta reverencia es la base de una relación en la que Dios se siente cómodo compartiendo sus pensamientos y planes más íntimos. El término 'comunión' sugiere un nivel de intimidad y confianza, indicando que Dios revela su pacto, o sus promesas y compromisos, a quienes realmente le son devotos.
Este versículo destaca la importancia de la reverencia y el respeto en nuestra relación con Dios. Sugiere que cuando nos acercamos a Él con el corazón y la actitud correctos, Él se abre a nosotros, compartiendo su sabiduría y guía. No se trata de un miedo en el sentido de estar asustados, sino de reconocer la grandeza de Dios y alinear nuestras vidas con Su voluntad. Al hacerlo, obtenemos una visión de Sus planes y propósitos divinos, lo que conduce a una vida más plena y guiada.