El Salmo 31 es un profundo lamento de David que refleja su angustia y su búsqueda de refugio en Dios. Comienza con una súplica sincera: 'En ti, oh Señor, he confiado; no sea yo avergonzado'. Este salmo expresa la desesperación de David ante la amenaza de sus enemigos y su deseo de ser protegido por el Señor. A lo largo del texto, David recuerda la fidelidad de Dios y clama por Su intervención en medio de la adversidad. La imagen de Dios como un refugio seguro se repite, destacando la confianza que David tiene en Su poder para salvar. Este salmo culmina en una declaración de que Dios es su roca y su fortaleza, ofreciendo consuelo y esperanza a los creyentes que buscan protección en tiempos de dificultad.
Salmos capítulo 31
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