El Salmo 75 es un himno que proclama la justicia de Dios y la caída de los orgullosos. Comienza con una declaración de que a Dios le corresponde la alabanza en Sion, donde se reconoce Su poder y Su gracia. A lo largo del salmo, se enfatiza que Dios no tolerará la arrogancia de los malvados, quienes se jactan de su poder y riqueza. La imagen de la copa de la ira de Dios que será derramada sobre los malvados resalta la certeza de que la justicia divina prevalecerá. Este salmo también incluye una afirmación de que los justos serán exaltados y que su confianza está en el Señor. La culminación del salmo es un llamado a reconocer que Dios es el verdadero soberano y que Su justicia se manifestará en el tiempo adecuado. Este salmo invita a los creyentes a confiar en la justicia de Dios y a recordar que, aunque los malvados puedan prosperar temporalmente, su fin será la destrucción.
Salmos capítulo 75
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