El capítulo 13 introduce a dos bestias que simbolizan poderes opuestos a Dios. La primera bestia, que surge del mar, representa un sistema político y religioso que se opone a la autoridad de Cristo. La segunda bestia, que surge de la tierra, promueve la adoración de la primera y establece la marca de la bestia, un símbolo de lealtad al sistema maligno. Este capítulo advierte sobre los peligros de la idolatría y la presión para conformarse a las normas del mundo. A pesar de la aparente victoria de estas bestias, los creyentes son llamados a permanecer fieles a Dios y a no ceder ante las tentaciones del mal. La advertencia es clara: la lealtad a Cristo debe prevalecer sobre cualquier presión externa.
Apocalipsis capítulo 13
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