En el decimotercer capítulo de Romanos, Pablo aborda la relación de los creyentes con las autoridades civiles. Exhorta a someterse a las autoridades, ya que son establecidas por Dios para el orden y la justicia. Este llamado a la sumisión no es solo una cuestión de obediencia, sino de testimonio cristiano en la sociedad. Pablo también destaca que el amor es el cumplimiento de la ley, recordando a los creyentes que amar a su prójimo es esencial para vivir en armonía. Este capítulo invita a los cristianos a reflexionar sobre su papel en la sociedad y cómo pueden ser agentes de cambio a través del amor y la obediencia a Dios. La vida cristiana se manifiesta no solo en la adoración, sino en la manera en que interactuamos con el mundo que nos rodea.
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