Pablo destaca una transición significativa para los creyentes, pasando de las limitaciones de la antigua ley a la libertad que se encuentra en el Espíritu. La 'vieja manera de la letra' se refiere a la Ley Mosaica, que, aunque es santa y buena, no podía lograr la verdadera justicia por sí sola. A través de la muerte y resurrección de Cristo, los creyentes han 'muerto' a esta antigua manera, simbolizando una liberación de su poder restrictivo. Esta liberación permite a los cristianos servir a Dios de una 'nueva manera', una que es dinámica y guiada por el Espíritu Santo.
El Espíritu capacita a los creyentes para vivir su fe de una manera que trasciende el simple cumplimiento de reglas. Invita a una relación con Dios basada en el amor, la gracia y la transformación interna. Esta nueva forma de vivir no se trata de abandonar los principios morales, sino de cumplirlos a través de la guía del Espíritu. Subraya la idea de que el verdadero servicio a Dios es sincero y guiado por el Espíritu, reflejando una vida transformada por el amor y la gracia de Jesucristo.