En esta expresión poética, los ojos se comparan con palomas, que son símbolos de paz y pureza en la literatura bíblica. La imagen de las palomas junto a arroyos de agua sugiere una naturaleza serena y suave, reflejando una presencia calmada y reconfortante. La mención de ser lavados en leche añade a la sensación de pureza y luminosidad, ya que la leche a menudo se asocia con limpieza y nutrición. Esto implica que los ojos no solo son puros, sino que también nutren el alma, ofreciendo una sensación de consuelo y seguridad.
La frase 'montados como joyas' eleva la descripción a una de preciosidad y belleza. Las joyas son valiosas y apreciadas, indicando que los ojos son no solo hermosos, sino también atesorados. Este lenguaje poético transmite un profundo sentido de admiración y amor, capturando la esencia de ver a alguien como físicamente y espiritualmente bello. Tales descripciones están destinadas a evocar un sentido de asombro y aprecio por el amado, celebrando las cualidades únicas y cautivadoras que los hacen especiales.