En este versículo, el hablante afirma su propiedad sobre su viña, que puede verse como una metáfora de su vida, cuerpo o recursos personales. Al declarar que la viña es suya para dar, enfatiza la autonomía personal y la libertad de tomar decisiones sobre su propia vida. La mención de Salomón recibiendo mil siclos y los trabajadores recibiendo doscientos siclos resalta la importancia de una distribución justa y la recompensa. Salomón, que representa la autoridad o liderazgo, recibe una porción significativa, pero los trabajadores, que cuidan de la viña, también son reconocidos y compensados. Esto refleja un equilibrio entre el respeto a la autoridad y la valoración de las contribuciones de quienes trabajan con dedicación. Sirve como un recordatorio de la importancia de la administración, la generosidad y el compartir equitativamente los recursos. El versículo anima a las personas a asumir la responsabilidad de sus propias vidas, reconociendo también la importancia de la comunidad y las contribuciones de los demás.
12 Mi viña, que está delante de mí, es de mí; a ti, oh Salomón, te he dado mil, y a los que guardan el fruto de ella, doscientos.
Cantar de los Cantares 8:12
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