Este pasaje habla de la provisión milagrosa de Dios, donde Él da a Su pueblo 'manjar de ángeles', una referencia al maná que se otorgó a los israelitas en el desierto. Este alimento se describe como suministrado sin esfuerzo, subrayando la gracia y generosidad de Dios. Es un recordatorio del cuidado divino y la abundancia que Dios ofrece, satisfaciendo no solo las necesidades básicas, sino también brindando placer y satisfacción. La mención de un alimento adecuado para cada gusto resalta el conocimiento íntimo que Dios tiene de los deseos de Su pueblo y Su disposición para proveerles de una manera que es tanto nutritiva como placentera. Este pasaje anima a los creyentes a confiar en la provisión de Dios, reconociendo que Él es capaz de satisfacer sus necesidades de maneras que van más allá de la comprensión humana. También invita a reflexionar sobre el alimento espiritual que Dios ofrece, que sostiene y deleita el alma, así como el maná sostenía físicamente a los israelitas. Este versículo es un testimonio de la fidelidad y generosidad de Dios, quien provee abundantemente para Su pueblo.
Porque no sólo a los hombres les diste el manjar, sino también a los animales, y a los que no tienen entendimiento, les diste el alimento.
Sabiduría 16:2
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