El vigésimo primer capítulo de 1 Crónicas relata un evento significativo en la vida de David: el censo de Israel. Aunque el censo puede parecer una acción administrativa, la decisión de David de contar a su pueblo es vista como un acto de orgullo y desconfianza en Dios. Satanás incita a David a realizar el censo, lo que provoca la ira de Dios. Como consecuencia, David enfrenta la elección de tres castigos, y elige caer en las manos de Dios en lugar de en las manos de hombres. Este capítulo destaca la gravedad del pecado y la importancia de la humildad y la dependencia de Dios. A través de la historia, se muestra cómo las decisiones de los líderes pueden tener repercusiones significativas para el pueblo. La narrativa culmina con la construcción de un altar en la era de Ornán, donde David busca la misericordia de Dios, recordando a los lectores que la verdadera restauración proviene del arrepentimiento y la fe.
1 Crónicas capítulo 21
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