Pablo se dirige a los creyentes en Corinto, recordándoles la centralidad del mensaje del evangelio para su salvación. El evangelio, que incluye la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo, es la base de la fe cristiana. Pablo enfatiza que la salvación no es solo un evento único, sino un proceso continuo que requiere que los creyentes permanezcan firmes en su fe. Aferrarse firmemente a la palabra predicada significa vivir activamente las enseñanzas de Jesús y mantener una fe fuerte e inquebrantable. Esto es crucial porque, sin perseverancia, la creencia inicial podría no llevar a la transformación espiritual deseada.
La frase 'creído en vano' sirve como una advertencia contra la complacencia. Sugiere que la fe sin un compromiso y acción continuos puede no dar lugar a la plenitud de la salvación. Este mensaje anima a los creyentes a examinar su fe, asegurándose de que sea activa y viva, caracterizada por una relación profunda y duradera con Dios. Las palabras de Pablo sirven tanto de aliento como de advertencia, instando a los creyentes a permanecer comprometidos con el evangelio a lo largo de sus vidas.