Durante un período de gran peligro, un niño es escondido en el templo durante seis años. Este niño, Joás, es el legítimo heredero al trono, pero su vida está amenazada por Atalía, quien ha usurpado el poder. El templo actúa como un lugar de refugio y seguridad, protegiendo a Joás hasta que sea el momento adecuado para que asuma su lugar como rey. Esta narrativa subraya el tema de la protección divina y la idea de que los planes de Dios no pueden ser frustrados por los esquemas humanos. El templo, como un espacio sagrado, simboliza la presencia de Dios y la certeza de Su cuidado. También refleja la esperanza y la fe de aquellos que confían en el tiempo y la provisión de Dios. La historia de la preservación de Joás es un recordatorio poderoso de que, incluso en tiempos de incertidumbre y peligro, Dios está trabajando tras bambalinas, salvaguardando Sus propósitos y a Su pueblo. Nos anima a encontrar consuelo y fortaleza en la presencia de Dios, sabiendo que Él es un refugio y una fortaleza en tiempos de tribulación.
Y estuvo escondida con ellos en la casa de Jehová seis años; y Athalía reinó sobre la tierra.
2 Reyes 11:3
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