La historia de Naaman, un general sirio, destaca la importancia de la fe y la obediencia. A pesar de su estatus y éxito militar, Naaman sufre de lepra, una enfermedad que lo aísla y humilla. Una joven israelita, cautiva en Siria, le sugiere que busque al profeta Eliseo en Israel. Al llegar, Naaman espera un tratamiento grandioso, pero Eliseo le instruye que se sumerja siete veces en el río Jordán. Al principio, Naaman se resiste, pero finalmente obedece y es sanado. Este milagro no solo transforma su cuerpo, sino también su corazón, llevándolo a reconocer al Dios de Israel. La historia de Naaman ilustra que la fe puede surgir en los lugares más inesperados y que la obediencia a Dios puede traer sanidad y redención.
2 Reyes capítulo 5
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