Elhanán, un guerrero de Belén, es conocido por su victoria sobre un gigante filisteo llamado Goliat, quien estaba armado con una lanza de tamaño descomunal. Este relato es parte de la narrativa continua de conflicto entre los israelitas y los filisteos, un tema recurrente en la historia de Israel. La mención del tamaño de la lanza, comparada con la vara de un tejedor, resalta la formidable naturaleza de Goliat y el desafío significativo que representaba. Esta victoria es un testimonio de la valentía y habilidad de los guerreros israelitas, quienes, a pesar de enfrentar adversarios desafiantes, lograron triunfar.
La historia también refleja el tema más amplio del apoyo divino a Israel, sugiriendo que sus victorias en batalla no se debieron únicamente al esfuerzo humano, sino que también fueron favorecidas por Dios. Este pasaje forma parte de una tradición que celebra el coraje de individuos como Elhanán, quienes desempeñaron roles cruciales en la seguridad y futuro de Israel. Sirve como un recordatorio de la importancia de la fe y el coraje para superar desafíos que parecen insuperables.