El versículo resalta el poder supremo y la justicia de Dios al recordar momentos históricos en los que Él intervino contra quienes cometieron injusticias. La referencia a los gigantes sugiere individuos que no solo eran físicamente poderosos, sino también audaces en su maldad. A pesar de su fuerza, no estaban fuera del alcance del juicio de Dios, que se manifestó en forma de un gran diluvio. Esta imagen evoca la narrativa del diluvio bíblico, simbolizando la capacidad de Dios para limpiar el mundo de la corrupción y comenzar de nuevo. Nos recuerda que, sin importar cuán fuertes o seguros de sí mismos puedan parecer los malvados, están sujetos a la justicia divina. Este pasaje anima a los creyentes a mantener la fe en el juicio justo de Dios y a vivir de acuerdo con Su voluntad, confiando en que Él abordará las injusticias a Su debido tiempo y manera. Reafirma a los fieles que la justicia de Dios no es solo una promesa futura, sino una realidad constante a lo largo de la historia, ofreciendo esperanza y aliento a quienes buscan vivir con rectitud.
Y cuando el rey vio que no había en ellos ninguna falta, se llenó de gran alegría.
3 Macabeos 2:4
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