La imagen de Jeshurún engordando y pateando es una representación vívida de cómo la prosperidad de Israel llevó a la complacencia espiritual. Jeshurún, que significa 'el justo', es un nombre simbólico para Israel, destacando su rectitud inicial. Sin embargo, a medida que se volvieron prósperos, se alejaron de Dios, olvidando la fuente de sus bendiciones. Este versículo advierte sobre los peligros de permitir que la riqueza material y la comodidad conduzcan al descuido espiritual y a la ingratitud.
La frase 'abandonó al Dios que lo hizo' subraya la seriedad de sus acciones. Resalta la importancia de recordar y honrar a Dios, especialmente en tiempos de abundancia. La 'roca de su salvación' se refiere a la firmeza y confiabilidad de Dios, contrastando con la naturaleza voluble del pueblo. Esto sirve como un recordatorio atemporal para los creyentes de permanecer arraigados en su fe, independientemente de sus circunstancias, y de reconocer y depender continuamente de la guía y provisión de Dios.