En el contexto de la sociedad israelita antigua, esta ley funcionaba como una medida de protección para las mujeres. El marco cultural y legal de la época ponía un gran énfasis en el honor familiar y el estatus social de las mujeres. Si un hombre seducía a una virgen que no estaba comprometida, se le exigía asumir la responsabilidad de sus acciones casándose con ella y pagando el precio de la novia. Este pago no era simplemente una transacción, sino un reconocimiento del valor de la mujer y un medio para asegurar su futuro.
La obligación de casarse con la mujer tenía como propósito garantizar su protección social y económica, ya que el matrimonio era la principal forma de apoyo y seguridad para las mujeres en esa época. Al hacer cumplir esta ley, la sociedad buscaba prevenir que los hombres explotaran a las mujeres y mantener la integridad de las estructuras familiares. Este pasaje resalta la importancia de la rendición de cuentas y la necesidad de tratar a los demás con respeto y dignidad. Subraya el valor del compromiso y las responsabilidades que conllevan las relaciones íntimas, fomentando una cultura de cuidado y respeto mutuo.