En las instrucciones para construir el Tabernáculo, Dios ordenó a los israelitas que construyeran un propiciatorio, también conocido como el asiento de la misericordia, para el Arca de la Alianza. Este propiciatorio debía ser elaborado de oro puro, un material que simboliza la pureza, la santidad y la naturaleza divina de Dios. Las dimensiones específicas—dos y medio codos de largo y un codo y medio de ancho—destacan la precisión y el cuidado que debían tener en su creación, reflejando la sacralidad del espacio donde Dios habitaría entre Su pueblo.
El asiento de la misericordia no era solo un objeto físico; tenía un profundo significado espiritual. Era el lugar donde Dios prometió encontrarse con Moisés, sirviendo como un punto de comunicación y guía divina. Este propiciatorio representaba la misericordia y el perdón de Dios, ya que aquí el sumo sacerdote esparciría la sangre del sacrificio en el Día de la Expiación, simbolizando la reconciliación entre Dios y Su pueblo. Así, el asiento de la misericordia encarna los temas de gracia, perdón y la relación íntima que Dios desea tener con la humanidad, recordando a los creyentes la importancia de acercarse a Dios con reverencia y un corazón abierto a Su voluntad.