En este versículo, el faraón responde a la solicitud de Moisés y Aarón de liberar a los israelitas ordenando que se intensifique su trabajo. Su estrategia es mantener a los israelitas tan ocupados y agotados que no tengan tiempo ni energía para considerar la posibilidad de libertad o para escuchar lo que él desestima como 'mentiras'. Esto refleja una táctica común utilizada por quienes están en el poder para mantener el control: al abrumar a las personas con cargas, esperan sofocar cualquier pensamiento de rebelión o cambio.
El versículo subraya las duras realidades de la opresión y los extremos a los que llegarán quienes tienen el poder para mantener su dominio. También resalta la importancia de la perseverancia y la fe ante la adversidad. A pesar de la creciente dificultad, la eventual liberación de los israelitas es un testimonio del poder de la esperanza y la intervención divina. Este pasaje anima a los creyentes a permanecer firmes en su búsqueda de justicia y libertad, confiando en que la verdad y la rectitud prevalecerán en última instancia.