En el viaje de regreso a Jerusalén desde el exilio babilónico, Esdras lidera a un grupo de israelitas, y este versículo menciona específicamente a Jesías, un descendiente de Elam, junto con setenta hombres. Este regreso forma parte de un movimiento más amplio para restaurar el templo y restablecer el culto adecuado en Jerusalén. La lista detallada de líderes y sus seguidores señala la importancia de cada familia e individuo en esta misión sagrada.
La inclusión de Jesías y sus setenta hombres resalta el esfuerzo comunitario necesario para reconstruir no solo las estructuras físicas, sino también la vida espiritual de la nación. Refleja un compromiso colectivo de regresar a sus raíces y cumplir con su pacto con Dios. El viaje simboliza esperanza, renovación y el poder de la fe para superar adversidades pasadas. También enfatiza el papel del liderazgo y la fuerza que se encuentra en la unidad y el propósito compartido. Este pasaje anima a los creyentes a trabajar juntos hacia la restauración espiritual y a confiar en la guía de Dios en sus esfuerzos.