La reacción de Jacob al despertar de su sueño indica un despertar espiritual profundo. En su sueño, había visto una escalera que llegaba al cielo, con ángeles que se movían entre la tierra y el cielo, y había escuchado las promesas de Dios. Este sueño fue un momento crucial, marcando el pacto de Dios con Jacob, asegurándole protección y bendición divina. La exclamación de Jacob sobre el lugar como 'la casa de Dios' y 'la puerta del cielo' resalta el impacto de encontrarse con lo divino. Sugiere que cualquier lugar puede volverse sagrado cuando Dios decide revelarse allí. Esto enseña que la presencia de Dios no está limitada a templos o iglesias; Él puede hacerse conocer en los lugares más inesperados. Para los creyentes de hoy, esto sirve como un recordatorio de mantenernos abiertos a la presencia de Dios en la vida cotidiana, reconociendo que puede transformar momentos ordinarios en encuentros extraordinarios con lo divino. Este pasaje alienta la fe en la omnipresencia de Dios y su capacidad para guiarnos y bendecirnos dondequiera que estemos.
Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo.
Génesis 28:17
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