La decisión de Jacob de regresar a Canaán es un momento crucial en su vida. Después de años de servir a Labán en Paddan Aram, reúne a su familia y sus posesiones para emprender el viaje de regreso a su padre Isaac en Canaán. Este movimiento significa un retorno a su tierra ancestral, un lugar de promesa y pacto divino. El viaje de Jacob no es solo un cambio físico, sino también uno espiritual, ya que se adentra en las promesas que Dios hizo a sus antepasados. El acto de llevar su ganado y bienes por delante refleja su liderazgo y responsabilidad hacia su familia y posesiones. Resalta la importancia de la fe y la obediencia al llamado de Dios, incluso cuando requiere dejar atrás la comodidad y lo familiar. El viaje de Jacob es un recordatorio de la importancia de confiar en el tiempo y la dirección de Dios, y las bendiciones que vienen al seguir Su camino. Este pasaje anima a los creyentes a abrazar el cambio y confiar en las promesas de Dios, sabiendo que Él nos guía hacia el propósito que tiene para nuestras vidas.
Y llevó consigo todos sus ganados y toda su hacienda que había adquirido, el ganado de su padre que había ganado en Mesopotamia.
Génesis 31:18
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