La pregunta del faraón sobre el oficio de los hermanos de José va más allá de una simple consulta laboral; refleja las normas culturales y sociales de la época. Las ocupaciones estaban estrechamente ligadas a la identidad y al estatus social. La respuesta de los hermanos, al declararse pastores, es significativa. El pastoreo era una profesión respetada pero humilde, esencial para proporcionar alimento y recursos. Además, conllevaba significados simbólicos de liderazgo y cuidado, ya que los pastores eran responsables del bienestar de sus rebaños.
Al afirmar que son pastores como sus antepasados, los hermanos reconocen sus raíces y la continuidad de su tradición familiar. Esta respuesta muestra respeto por su herencia y una comprensión de su papel en la sociedad. También demuestra humildad y honestidad en su trato con el faraón, un gobernante poderoso. Esta interacción resalta la importancia de ser fiel a la propia identidad y el valor del trabajo honesto, independientemente del estatus social. Nos recuerda que la dignidad y el respeto provienen del cumplimiento de las responsabilidades y del honor a la propia herencia.