En este versículo, Dios habla a Noé después del diluvio, estableciendo un pacto no solo con él y sus descendientes, sino con cada criatura viviente que sobrevivió al diluvio. Esto incluye a las aves, el ganado y todos los animales salvajes. El pacto significa la promesa de Dios de no volver a destruir toda la vida con un diluvio, marcando un nuevo comienzo para la creación. Resalta la inclusividad del cuidado de Dios, extendiendo Su promesa a todas las criaturas, no solo a los humanos. Esto refleja el tema bíblico de la administración, donde se nos llama a cuidar de la tierra y sus habitantes. El versículo nos recuerda la interconexión de la vida y la responsabilidad de proteger y nutrir el medio ambiente. El pacto de Dios es un testimonio de Su amor y fidelidad, asegurando la preservación y el florecimiento de toda la vida en la tierra. Esta promesa universal anima a los creyentes a vivir en armonía con la naturaleza, reconociendo el valor divino en cada ser viviente.
Y con todo ser viviente que está con vosotros, aves, bestias y todo animal de la tierra que está con vosotros, de todos los que salieron del arca, hasta todo animal de la tierra.
Génesis 9:10
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