En este versículo, el autor de Hebreos enfatiza la superioridad de Jesús sobre los ángeles, un tema clave en el capítulo inicial del libro. La pregunta retórica subraya que ningún ángel ha sido invitado a sentarse a la diestra de Dios, una posición de máximo honor y autoridad. Este privilegio está reservado solo para Jesús, destacando su estatus divino y su papel único en el plan de Dios. La imagen de hacer de los enemigos un estrado para sus pies proviene de costumbres antiguas donde un rey victorioso colocaba sus pies sobre los cuellos de sus enemigos conquistados, simbolizando una derrota total y sumisión. Esta metáfora asegura a los creyentes que Jesús tiene la autoridad suprema y que toda oposición será eventualmente sometida bajo su gobierno. Este mensaje está destinado a alentar a los cristianos, afirmando que a pesar de las luchas o adversidades actuales, Jesús es soberano y su victoria está asegurada. Invita a los creyentes a confiar en su poder y a encontrar esperanza en su triunfo prometido.
¿Pero a cuál de los ángeles dijo jamás: Mi Hijo eres tú, Hoy te he engendrado? Y otra vez: Yo le seré a él por Padre, Y él me será a mí por Hijo?
Hebreos 1:13
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