Dios nos insta a mantener la justicia y la rectitud en nuestras acciones diarias. La promesa de su salvación y justicia nos motiva a vivir de acuerdo con sus mandamientos. Al practicar la equidad y la justicia, reflejamos el carácter de Dios y preparamos el camino para su intervención en nuestras vidas. La justicia no es solo un concepto legal, sino una forma de vida que abarca todas nuestras interacciones y decisiones. Nos llama a tratar a los demás con respeto y amor, asegurando que nuestras acciones beneficien a la comunidad y honren a Dios. La justicia de Dios es inminente y su salvación está cerca. Esto nos da esperanza y nos recuerda que nuestras acciones tienen un impacto eterno. Mantener la justicia y la rectitud es una forma de alinear nuestras vidas con el propósito divino y de participar en la obra redentora de Dios en el mundo.
Así dice el Señor: “Mantengan el derecho y hagan justicia, porque mi salvación está a punto de llegar y mi justicia a punto de manifestarse.
Isaías 56:1
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