En este pasaje, se describen en detalle los límites de la tierra asignada a la tribu de Benjamín. Los marcadores geográficos, como el Valle de Hinom y el Valle de los Refaim, eran puntos de referencia bien conocidos en la antigua Israel. También se menciona la ciudad jebusea, que más tarde se convirtió en Jerusalén, indicando la proximidad del territorio de Benjamín a esta ciudad significativa. La descripción detallada de los límites subraya la importancia de la tierra y la herencia para los israelitas, ya que cada tribu recibió una herencia específica en la Tierra Prometida. Esta asignación no solo fue un cumplimiento de la promesa de Dios, sino también una necesidad práctica para organizar la nueva nación. Para los lectores modernos, sirve como un recordatorio de la importancia de entender nuestra herencia espiritual y las promesas que Dios tiene para cada uno de nosotros. Así como a los israelitas se les dio un lugar que llamar propio, se nos anima a encontrar nuestro lugar dentro del plan de Dios, reconociendo el valor de nuestras raíces espirituales y la comunidad a la que pertenecemos.
Y el límite descendía hasta el extremo de la colina que está delante del valle de los hijos de Hinom, que está en el valle de los gigantes al norte, y descendía al valle de Hinom, al lado de la Jebusea, y descendía a En-Rogel.
Josué 18:16
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