En un momento crítico, José es visitado por un ángel en un sueño, quien le advierte sobre las intenciones mortales del rey Herodes hacia Jesús. El ángel instruye a José para que tome a María y a Jesús y huya a Egipto, un lugar de refugio. Esta intervención divina subraya el tema de la protección y la guía de Dios. La obediencia inmediata de José al mandato del ángel refleja su profunda fe y confianza en el plan de Dios. La huida a Egipto cumple con la profecía del Antiguo Testamento, vinculando la vida de Jesús con la historia de Israel y mostrando el continuo cuidado de Dios por Su pueblo.
Este pasaje también ilustra la realidad de las amenazas y desafíos que enfrentó Jesús incluso desde una edad temprana, enfatizando la batalla espiritual que rodea Su misión. Para los creyentes modernos, esta historia sirve como un recordatorio de la importancia de estar atentos a la voz de Dios, especialmente en tiempos de crisis. Fomenta la fidelidad y la confianza en la provisión y protección de Dios, incluso cuando las circunstancias parecen desesperadas. El viaje a Egipto se convierte en un testimonio de la soberanía de Dios y Su capacidad para guiar a Su pueblo a través de tiempos peligrosos.