En este versículo, Pablo se dirige a la comunidad de creyentes, instando a aquellos que son espiritualmente maduros a adoptar una mentalidad particular. Se refiere a los versículos anteriores donde habla de seguir adelante hacia la meta de conocer plenamente a Cristo. Pablo reconoce que no todos pueden ver las cosas de la misma manera, pero les asegura que Dios proporcionará la comprensión necesaria a su debido tiempo. Este mensaje anima a los cristianos a esforzarse por la madurez espiritual, lo que implica un compromiso con el crecimiento y una disposición para aprender y adaptarse. También resalta la importancia de la unidad dentro de la comunidad cristiana, incluso cuando hay diferencias de opinión. Al confiar en la capacidad de Dios para revelar la verdad, los creyentes pueden mantener un sentido de paz y cooperación, sabiendo que su camino está guiado por la sabiduría divina. Este enfoque fomenta una comunidad que es tanto resiliente como abierta a la obra transformadora de Dios.
Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios.
Filipenses 3:15
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