La fe está fundamentalmente ligada al mensaje de Cristo. Escuchar este mensaje es crucial porque es a través de la palabra sobre Cristo que la fe nace y se nutre. Esto subraya la importancia de la comunicación y el compartir el Evangelio. Las enseñanzas de Jesús no son solo relatos históricos, sino palabras vivas que tienen el poder de transformar vidas. Al escuchar estas enseñanzas, las personas se abren a la posibilidad de que la fe eche raíces en sus corazones. Este proceso no es pasivo; implica un compromiso activo con la palabra, ya sea a través de sermones, estudios bíblicos o reflexión personal. La énfasis en escuchar sugiere que la fe no es solo una experiencia personal e interna, sino que se fomenta en comunidad y a través de la interacción con otros. A medida que los creyentes comparten el mensaje de Cristo, participan en el crecimiento de la fe, tanto en ellos mismos como en quienes los rodean. Este aspecto comunitario de la fe resalta la importancia de la comunión y el papel de la Iglesia en el fomento de la creencia.
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Romanos 10:17
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