En los campos de Belén, Boaz, un terrateniente prominente y adinerado, nota a una joven que recoge espigas entre los cosechadores. Su pregunta sobre la identidad de esta mujer revela su atención y preocupación por quienes trabajan en sus tierras. Esta joven es Ruth, una viuda moabita que ha llegado a Belén con su suegra, Noemí, tras la muerte de su esposo. La recolección de espigas era una práctica permitida por la Ley Mosaica, que permitía a los pobres y extranjeros recoger los cultivos sobrantes en los campos. La pregunta de Boaz no solo se trata de propiedad o pertenencia, sino que refleja un interés más profundo por el bienestar de quienes lo rodean.
Este momento es crucial, ya que marca el inicio de una relación que llevará a la redención de Ruth e integración en la comunidad de Israel. Las acciones de Boaz ejemplifican la bondad y la hospitalidad, virtudes clave en la narrativa bíblica. Su pregunta establece el escenario para una historia de generosidad y providencia divina, donde Ruth, a pesar de su estatus extranjero, encuentra favor y protección. Este pasaje invita a los lectores a reflexionar sobre la importancia de notar y cuidar a los marginados y vulnerables en nuestras comunidades.