Este verso pinta una imagen vívida de una figura majestuosa que emerge del desierto, envuelta en misterio y esplendor. La columna de humo es una imagen poderosa, sugiriendo tanto lo etéreo como lo divino. El humo a menudo simboliza la presencia de algo sagrado o significativo. La mención de mirra e incienso, ambos valiosos y aromáticos, realza la grandeza e importancia de la figura. Estas sustancias se utilizaban tradicionalmente en ceremonias religiosas y ocasiones reales, indicando que la figura tiene un gran valor y honor.
El desierto representa un lugar de transición y transformación, un telón de fondo que destaca la aparición del amado como un evento de gran significado. Esta imagen puede verse como una metáfora del viaje del amor, donde el amado es revelado en toda su gloria, cautivando y encantando a quienes lo contemplan. Las especias del comerciante sugieren una riqueza y diversidad, añadiendo capas de significado a la escena. En general, el verso celebra la belleza, el misterio y el poder transformador del amor, invitando a los lectores a apreciar la profundidad y la maravilla de tal experiencia.