Elíel, hijo de Dono, fue elegido para liderar la séptima división del ejército del rey David, que tenía la responsabilidad de servir durante el séptimo mes del año. Este detalle organizativo refleja la planificación meticulosa y la estructura que caracterizaban el reinado de David. Cada división, compuesta por 24,000 hombres, tenía la tarea de mantener la seguridad y estabilidad del reino, asegurando que el ejército estuviera siempre listo y preparado.
La referencia a Elíel y su tribu, Zabulón, destaca la importancia de la identidad tribal y el papel que esta desempeñaba en el liderazgo y el servicio dentro de la comunidad israelita. La tribu de Zabulón tenía un legado significativo en la historia de Israel, lo que añade una capa de profundidad histórica y espiritual a la designación de Elíel. Este sistema de divisiones militares rotativas no solo distribuía la carga del servicio, sino que también fomentaba un sentido de responsabilidad compartida y unidad entre las tribus de Israel, demostrando la sabiduría y previsión en el gobierno de David.