La boda en Caná de Galilea es un evento significativo ya que marca el comienzo del ministerio público de Jesús. Ocurre en el tercer día, un detalle que puede simbolizar la plenitud o la intervención divina en términos bíblicos. Las bodas son ocasiones de alegría, y la presencia de Jesús en esta celebración subraya el valor de la comunidad, las relaciones y la alegría compartida. Su madre, María, también está presente, lo que resalta su papel de apoyo y su importancia en la vida y el ministerio de Jesús.
Este escenario es crucial porque conduce a Jesús a realizar su primer milagro, convirtiendo agua en vino. Este milagro no solo se trata de satisfacer las necesidades inmediatas de los invitados a la boda, sino que también simboliza la transformación y la abundancia de la gracia de Dios. Anticipa el poder transformador del ministerio de Jesús y el nuevo pacto que trae. La boda en Caná anima a los creyentes a invitar a Jesús a sus vidas, confiando en su capacidad para traer cambio y bendición.