La solicitud de Adonías para casarse con Abisag la sunamita no era simplemente un asunto personal, sino un movimiento cargado de implicaciones políticas. Abisag había sido una asistente cercana al rey David, y en el contexto de las costumbres del antiguo Cercano Oriente, casarse con la consorte de un rey anterior podría implicar una reclamación al trono. Adonías, quien anteriormente había intentado apoderarse del trono antes de que Salomón fuera nombrado, vio este matrimonio como una posible forma de fortalecer su posición y desafiar la autoridad de Salomón.
Al acercarse a Betsabé, la madre de Salomón, Adonías esperaba aprovechar su influencia con el rey. Creía que Salomón no rechazaría una petición hecha por su madre, intentando así utilizar las dinámicas familiares a su favor. Esta situación subraya la naturaleza intrincada y a menudo peligrosa de la política real en tiempos bíblicos, donde los lazos familiares, la lealtad y la ambición estaban profundamente entrelazados. La respuesta de Salomón a esta solicitud reflejaría, en última instancia, su sabiduría y su capacidad para navegar tales desafíos, asegurando la estabilidad de su reinado.