En este versículo, Pedro utiliza el término 'Babilonia' para referirse a Roma, una práctica común en los escritos cristianos primitivos que simboliza un lugar de exilio o un centro de poder mundano. Este lenguaje metafórico refleja los desafíos y la persecución que enfrentaban los cristianos en Roma en ese momento. La 'ella' mencionada probablemente se refiere a la iglesia en Roma, personificada como una mujer, lo cual era una forma común de referirse a la iglesia como la novia de Cristo. Este saludo enfatiza la unidad y solidaridad entre los cristianos, a pesar de las diferencias geográficas y culturales.
La mención de 'mi hijo Marcos' indica una relación personal cercana, sugiriendo que Marcos era un hijo espiritual o un compañero cercano de Pedro. Marcos es tradicionalmente entendido como Juan Marcos, el autor del Evangelio de Marcos, quien fue una figura significativa en la iglesia primitiva. Esto resalta la importancia del mentorazgo y el discipulado dentro de la comunidad cristiana.
En general, el versículo subraya la interconexión de la iglesia primitiva y la importancia de mantener relaciones y ofrecer aliento a los creyentes, recordándonos la naturaleza global de la fe cristiana y los lazos que nos unen.